¿Cómo se protegen del coronavirus los compradores más creativos?

Varios consumidores se han visto atrapados en situaciones inusuales al comprar sus alimentos durante la pandemia de coronavirus. coronavirus. A creatividad de esta gente y el exceso de celo con sus la salud son dignos de mención.

A continuación presentamos la descripción de algunas ocurrencias reportadas por empleados de supermercados, pulperías y mercados de barrio. Se sorprendieron cuando algunos clientes cautelosos se presentaron para hacer sus compras.

Informes sobre los compradores más creativos en esta pandemia

En una tienda de conveniencia, un hombre, de unos cuarenta años, usó una botella de agua mineral de 5 litros como máscara protectora. Quitó el fondo del recipiente y creó un escudo para cubrir toda la cabeza. Al cajero de la tienda le extrañó verlo con la protección completamente empañada, pero evitó hacer ningún comentario.

En otro establecimiento, una joven usó mucha creatividad para protegerse la cabeza y el torso del coronavirus. Primero usó una máscara de tela para la nariz y la boca. No satisfecha con la protección, se cubrió con un plástico incoloro, usado para guardar edredones, para cubrirse la cabeza y el torso.

¡La creatividad continúa! Un señor, de unos sesenta años, hizo reír a los clientes de un supermercado cuando utilizó una toalla higiénica femenina como tapabocas. Además de cubrirse la nariz y la boca, usó una tirita para fijar el dispositivo en su rostro.

En otro lugar, una mujer sorprendió a los clientes de un supermercado al entrar a la tienda en traje de buzo. El único accesorio que no usó fueron las aletas. Llamó la atención de todos al llevar un cilindro de aire en la espalda conectado a su máscara facial. Tenía mucha prisa, ya que la autonomía del cilindro era de sólo cincuenta minutos. Si se acababa el tiempo, tendría que respirar aire de mercado.

Otro cliente apareció en una tienda de comestibles del vecindario con una bolsa de papel en la cabeza. La bolsa estaba perforada en el área de los ojos para que pudiera ver. Aseguró que aún portaba una mascarilla para protegerse la boca y la nariz, debajo de la bolsa. La función de la bolsa era darle “la primera pelea” al coronavirus.

El cliente más cauteloso, además de la mascarilla de tela y el protector facial incoloro, colocó letreros de “manténgase alejado del coronavirus”, en diferentes idiomas, clavados en diferentes partes de su ropa. Como habrás oído que el coronavirus es muy inteligente, seguro que el microbio políglota entenderá el mensaje y no se le acercará.

Consideraciones finales

Aquellos compradores más creativos en la pandemia aseguró que, con tales protecciones, existe una garantía 99% de posibilidades de que el virus no atraviese la barrera. El único que ofreció protección 100% fue el cliente femenino de máscara de toalla sanitaria. Él cree que, además de retener el flujo menstrual, la mascarilla retiene el coronavirus. ¡No faltó creatividad!